lunes, 13 de diciembre de 2010

Perversión en el sistema de ayudas



El otro día hablaba con unos amigos de la situación económica que vivimos actualmente y de su repercusión en el ámbito laboral, de como está afectando a familiares, amigos, conocidos...
Y cual ha sido mi sorpresa al encontrar hoy en el diario Expansión una encuesta que tanteaba la opinión sobre uno de los temas que tratamos:
"¿Cree que hay muchos españoles que sólo piensan en vivir del subsidio público?"

Y es que esta misma pregunta salió aquel día, y mucho me temo que el resultado era bastante similar al que se refleja en el periódico. Lo que parece claro es que cada vez más gente percibe que ayudas que en un comienzo surgieron para paliar un problema, han sido en un número considerable de casos una demostración de que "hecha la ley, hecha la trampa".

Por poner un ejemplo: Mi amigo Gad me contaba dando una vuelta por las calles de Londres este verano, que una de las cosas que más le habían sorprendido era el alto número de chicas muy jovenes (por debajo de 20 años) que empujaban carritos de bebé. Su sorpresa fue mayor aún al descubrir que esto atendía a la pervesión de una ayuda que originalmente había surgido para confrontar el problema creciente de madres jovenes solteras, adjudicando para ello un subsidio. Por desgracia lejos de ayudar, el resultado fue que el número de madres solteras parecía haberse disparado, hasta llegar al punto de suponer un problema mayor que el original al suponer una derrama económica cada vez más onerosa.

La economía sumergida es otro creciente problema que se ha unido al uso fraudulento de ayudas públicas, provocado por gente que está cobrando subsidios y a su vez trabaja cobrando en B. Esta circunstancia provoca un doble daño, no sólo reduce las posibilidades de que la gente que realmente las necesita llegue a percibirlas, sino que además provoca la indignación entre la gente que si que paga impuestos, y en ocasiones que se planteen la opción de seguir el mismo camino.

La VPO plantea también serias dudas al respecto con un método de adjudicación que a veces roza la frivolidad. Entiendo la dificultad de acceder a una vivienda como si yo mismo la sufriera, pero también creo que debería de suscribirse dicha opción al periodo en que fuera necesaria. Esto es, que cuando las personas adjudicatarias superasen los ingresos que los habían hecho merecedores de esa ayuda, esa vivienda se pusiera a disposición de otra persona que sí estuviera en esa situación. Entiendo la duda que a todos nos surge con esta idea, y me pregunto si yo mismo sería capaz de cumplirla llegado el caso. Pero lo que es claro es que a día de hoy no hay necesidad de ello, puesto que la adjudicación en la mayoría de los casos es en propiedad, y no en alquiler como debería de ser si se basara en un sistema como el antes expuesto.

En definitiva la sucesión de este tipo de... llamemoslo desmadres, provoca una incomoda sensación de hacer el idiota si no se intenta conseguir algún tipo de ayuda, aun en los casos en que sabemos que estamos pervirtiendo el sistema de ayudas y subsidios. Por desgracia, eso sólo conduce a una cascada que tiende a homogeinizarnos a todos, ocultando a los verdaderos merecedores de las ayudas.

1 comentario:

Silvia Boo dijo...

No puedo estar mas de acuerdo